Fracturas y procesos de consolidación

¿Cuanto sabes sobre las fracturas y procesos de consolidación? En primer lugar, debes saber que todos los tejidos corporales tienen la cualidad de poder regenerarse ante las lesiones y fracturas.

El hueso, pese a ser extremadamente duro, puede regenerarse, pero requiere de un tiempo determinado para conseguirlo; esto es lo que se conoce como procesos de consolidación.

Si quieres saber todo sobre las fracturas y procesos de consolidación, sigue leyendo este artículo, te contamos todo lo que necesitas saber.

¿Qué es una fractura?

Antes de explicar todo sobre las fracturas y procesos de consolidación, hay que entender bien qué son las fracturas como tal. En palabras simples, la fractura ocurre como resultado del rompimiento de un hueso. Cabe mencionar que, este tipo de lesión puede ocurrir en cualquier hueso del cuerpo.

¿Cuáles son los procesos de consolidación de una fractura?

Cuando hablamos de fracturas, es importante tener presente que los procesos de consolidación son varios y se dividen en tres fases continuas: inflamatoria y proliferativa, formación del callo de fractura y remodelación. A continuación, hablaremos de cada una de estas etapas.

Etapa inflamatoria

Cuando un hueso es impactado, recibe toda la energía que se libera como consecuencia del golpe. En el supuesto de que dicha energía no sea mayor a la capacidad que tiene el hueso para absorberla, no hay de qué preocuparse. En cambio, si es superior ocurre una fractura.

La fractura implica un proceso de necrosis celular y una hemorragia en la zona afectada. En este momento, suceden varias cosas como:

  • Las células comienzan a migrar hacia la zona de la fractura debido a la liberación de ciertos químicos en el momento del impacto.
  • Posteriormente, estas células se multiplican para reparar el hueso dañado.
  • Además, se acumula líquido entre las células y los capilares se vuelven más permeables, provocando inflamación en forma de rubor, dolor, aumento de volumen, calor, impotencia funcional y deformidad.
  • Esta inflamación es fundamental cuando se trata de fracturas y procesos de consolidación, ya que es justo en esta etapa que tu cuerpo limpia la zona y hace posible la curación.
  • Con el tiempo, entre el cuarto y el vigésimo primer día, aparecen nuevos vasos sanguíneos que invaden la zona de la fractura, lo que aumenta el flujo sanguíneo en esa área. Esto ayuda en el proceso de curación del hueso. Sin embargo, después de aproximadamente tres semanas, este proceso se ralentiza.

Es importante tener en cuenta que, durante esta primera fase de curación, si se manipula la zona de la fractura, se pueden sentir los fragmentos óseos rotando entre sí y se pueden escuchar sonidos (crepitación) debido al roce de los bordes del hueso.

Formación del callo de la fractura

En este contexto de fracturas y procesos de consolidación, llegamos a una etapa importante. A partir de la segunda semana después de la fractura, tu cuerpo comienza a formar lo que se llama “callo blando”.

Durante esta fase, las células en la capa más externa del hueso, llamada periostio, así como en los tejidos blandos circundantes y en el tejido vascularizado, se multiplican rápidamente.

Además, dichas células, se diferencian en diferentes tipos de células óseas, como osteoblastos (que forman nuevo tejido óseo), osteoclastos (que reabsorben y remodelan el hueso) y condroblastos (que crean tejido cartilaginoso).

Estas células del periostio forman una especie de envoltura alrededor del callo blando, buscando unir los fragmentos de la fractura. En este momento, puedes manipular la fractura sin sentir crepitación, ya que los fragmentos óseos no se mueven.

A medida que avanza esta fase, comienza la mineralización del callo blando. Se depositan cristales de hidroxiapatita y se forma un tejido óseo primitivo, fibrilar y en forma de láminas, que comienza a mineralizarse.

Este tejido óseo adquiere cierta rigidez, lo que hace que el foco de la fractura sea más estable, pero aún no tiene capacidad completa para soportar cargas. A medida que progresa la mineralización, el tejido óseo se vuelve más rígido.

Al mismo tiempo, las manifestaciones inflamatorias en el foco de la fractura comienzan a desaparecer, lo que indica que el callo blando se está estableciendo. Es en este momento cuando se puede considerar la posibilidad de empezar a cargar peso en la zona afectada.

Fase de remodelación

En el caso de fracturas y procesos de consolidación, cabe mencionar que puede tomar meses o incluso años, ya que intervienen varios factores que afectan a la formación del nuevo tejido óseo.

En primer lugar, factores celulares, de vascularización, bioquímicos (como hormonas y vitaminas) y biofísicos (como fuerzas mecánicas) juegan un papel importante en este proceso.

La vascularización, es decir, el suministro de sangre a la zona lesionada, es crucial para la regeneración del tejido, ya que la alta actividad metabólica necesaria para la reparación tisular requiere oxígeno contenido en la sangre.

En algunos casos, puede ser necesario realizar injertos de hueso vascularizado si la zona lesionada no está bien vascularizada.

Además, ciertas hormonas como la paratohormona, hormona del crecimiento, estrógenos, así como vitaminas como la vitamina C y la vitamina D, también influyen de manera definitiva en la formación del callo de fractura.

¿Qué es una mala consolidación de una fractura?

Una mala consolidación de una fractura ocurre cuando los huesos rotos no se curan correctamente y se unen de manera adecuada. Esto puede deberse a diversos factores, como una alineación incorrecta de los fragmentos de hueso, una inmovilización insuficiente o inapropiada, una mala circulación sanguínea en la zona afectada o una nutrición deficiente.

Como resultado, la fractura puede sanar de forma lenta o incorrecta, lo que puede causar problemas a largo plazo, como deformidades, debilidad en el área afectada o limitaciones en la movilidad. Hay que tener presente una correcta evaluación de expertos en fracturas y procesos de consolidación para evitar estos problemas.

¿Cuál es la mejor opción para acelerar los procesos de consolidación de una fractura?

Cuando se trata de fracturas y procesos de consolidación, es clave mantener una alimentación equilibrada que sea rica en calcio, vitamina D y vitamina C. Estos nutrientes son esenciales para la formación y fortaleza de los huesos.

Es importante que te rodees de buenos profesionales (fisioterapeuta y médico principalmente) para tener un asesoramiento adecuado en cuanto a la inmovilización y el uso de dispositivos ortopédicos. Esto ayudará a mantener los fragmentos de la fractura en su lugar y a facilitar la consolidación del hueso.

Además, es fundamental realizar ejercicios de rehabilitación y fisioterapia. Esto ayuda a mantener la movilidad y fuerza en los músculos cercanos a la fractura, lo cual favorece la consolidación del hueso.

Recuerda, asesorate bien y consulta con los profesionales de la salud cualquier duda para tener una recuperación perfecta. 

 

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